sábado, 26 de enero de 2013

EN MEDIO


Un río de almas fluye vertiginosamente hacia mi encuentro, pisadas van y vienen en el bullicio de la estación del metro, yo permanezco inmóvil, en medio, sintiendo la fuerza que me jala con la gravedad de sus movimientos. No huyo, me quedo, sólo observo, siento. Como atrapada en la mitad de una avenida donde los autos pasan provocando vértigo, como si fuese a caer horizontalmente en el vacío incierto, como en medio de una batalla de ráfagas de luz que amenazan con un choque eléctrico. Cae la lluvia, traspasa el suelo y nuevamente cae del cielo, y yo sigo en medio, sin mojarme, sin movimiento. Como en el centro de un bosque de hojas impulsadas por el viento, que en remolinos giran y suben al cielo para luego perder altura y como pieles de araña caer al suelo. En medio, siempre en medio. Entre la roca y la cascada que se precipita con estruendo. Adentro de la espiral que revoluciona sin cesar hacia su centro. En medio, siempre en medio, como aparecer en medio de un concierto, en medio de la orquesta ejecutando en pleno “alegro”, rodeada de manos que se mueven melodiosamente para alternar con el silencio.  Como estar en un panal entre el zzzizeo de los insectos… y su aleteo. En medio, siempre en medio, en medio de esta vida loca que se esfuma sin remedio.

Belen Plascencia

27 de octubre


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