martes, 16 de octubre de 2012

Ojalá que nunca me llegues a querer

El día en que de mí te acuerdes 
y sientas que te arrojas
al vacío de tus entrañas, 
el día en que tus ojos
busquen mi presencia
en los surcos de mis huellas 
y en los rasgos de otras caras, 
el día en que te estremezcas
con tan sólo oír mi nombre
o encuentres mis poemas
en papeles arrugados
como gélidos vestigios
de un amor que se ha esfumado, 
te parecerán que palpitan
unas letras ya marchitas
que respiran por sí mismas
pero de ti se han olvidado. 


Belén Plascencia,

09 de julio de 2012

Cuando el cuerpo estorba


Hoy el cuerpo me estorba
para expandirme en el aire
como un suspiro
que quedó suspendido
a mitad de la calle.

Hoy me pesa la sangre
para poder elevarme
para escapar de estos huesos
que sostienen mi carne.

Hoy la piel me limita
entre lo que quiero sentir
y no puedo,
entre lo que quiero evadir 
y no obstante siento,
calor, dolor, caricias, deseo.

Hoy el cuerpo me estorba
para salir del encierro
para trascender la materia
y sublimarme en el cielo. 

Belén Plascencia14 de junio de 2012

domingo, 24 de junio de 2012

Te amo a las dos de la mañana



Te amo a las dos de la mañana
cuando todo el mundo calla
a excepción de mi mejilla
que sigue buscando tu pecho.
Te amo a las dos de la tarde
cuando el bullicio del camión
opaca todo menos esa voz
que llevo dentro.
 Te amo en medio de los árboles
de hojas susurrantes
que recuerdan delirantes
nuestro andar bajo sus copas.
Te amo envuelta en el calor de mayo
que me habla de tu cuerpo junto al mío
de ese amor que se hace río
donde navegan nuestras bocas.
Te amo a la hora de la luna
cuando en cada estrella pongo un beso
para que te encuentre si estás lejos
y te traiga de regreso.





















Belén Plascencia31-may-12

sábado, 28 de enero de 2012

En las yemas de tus dedos























En las yemas de tus dedos
se descifran mis deseos,
se derriten las caricias,
se disuelven los besos.

Son las yemas de tus dedos
las que escurren por mi cuerpo,
se aventuran en mi boca y
desembocan en mi sexo.

Déjalas que fluyan
bajo el ritmo de tu anhelo,
déjalas que exploren,
que seduzcan el terreno.

Déjalas que toquen
el preludio del deseo,
que extiendan en mi piel
los colores sobre el lienzo.

Cada paso de tus yemas
son cometas en mi cielo.
Gota a gota con tus yemas
humedeces mi desierto.

En las yemas de tus dedos
se entretejen nuestros sueños,
se alimentan los sentidos,
y se da vida a los versos.



Belén Plascencia



sábado, 14 de enero de 2012

Atardeceres zapotlenses

Cuando se despide el sol en Zapotlán el Grande...







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